«Tenemos que empezar a poder hablar sin complejos de los estereotipos, y además a reírse de ellos, y luego que cada uno tenga los sentimientos nacionalistas que quiera, pero en su casa», añade. There the comedy would end. «Yo nunca pensé que pudiéramos herir sensibilidades aunque dijéramos cosas algo bestias», cuenta Martínez Lázaro en una entrevista concedida a la agencia dpa. Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com. Notificarme los nuevos comentarios por correo electrónico. Rafa representa su antítesis, al abandonar el grupo de amigos para emprender el viaje hacia el “otro”, y comprender que la realidad es muy diferente a esa mala imagen que los medios se encargan de trasmitir para exacerbar el miedo, y con ello, el repudio de unos contra otros; y es más triste pensar que esos estereotipos negativos muchas veces son la cara “vendible” y “comercial” con la que los medios presentan a ciertos paises ante audiencias internacionales, como es el caso colombiano y sus ”narconovelas”. Pretextos de fe en el Cementerio Central. El extraño caso de Cuntis. A pesar del inevitable choque de trenes, irrevocablemente acaba surgiendo la chispa. El objetivo de esta tesina es analizar cómo se construye el efecto cómico a partir de los estereotipos que caracterizan a los vascos en la película Ocho apellidos vascos (Emilio Martínez-Lázaro, 2014) por ahora, la película más taquillera en España. And when a people is capable of that, it is free of hangups; its identity is so fluid, so porous, that little by little it is certain to seep into everything that comes near without needing to plant its flag of conquest. Son también una configuración social con la que se siembran divisiones innecesarias. Es aquí donde se tiene que despojar de su disfraz de andaluz, para meterse de lleno en otro, en el de un vasco. En esta trasformación, la película se burla de los propios estereotipos a los cuales acude, y me parece que es un pulso de inteligencia detrás de tanto chiste. Así pues, las fronteras sociales funcionan como el escaparate, o el cristal, tras el cual nos ocultamos para tomar distancia de “lo que no nos afecta”. The symbols of Spanish nationalism would once again become serious, offensive and incapable of raising a laugh in the movie theater. Ella cumple el papel de emigrante, o si se quiere ver de extranjera, quien llega a una nueva tierra la cual ama, pero que se ve obligada a vivir sus tradiciones de origen únicamente al interior de su casa. El movimiento separatista de Euskadi, no es bien explicado en la película, no se profundiza en que constituyen una comunidad autónoma dentro de España, lo que evidencia que la pelicula se hizo netamente para el público español. The thing is, in Andalusia, nothing is what it seems. Sin embargo, el español no se conforma con la crisis, y ve en el cine, la excusa perfecta para reír, y dilucidar, por un rato, las preocupaciones cotidianas. ‘Ocho apellidos vascos’ becomes most-seen Spanish movie ever Since time immemorial, when Spain needed to present a softer and more attractive image, or simply a … Esta película, exige por parte de Yoaltero, un análisis más detallado de la radiografía social expuesta en la cinta, por lo cual, no se centrará en una mayor discusión sobre aspectos técnicos, artísticos o cinematográficos del filme. Creo que el éxito de la película se debe en gran medida a que es una comedia, de otro modo, hubiera sido una película más, incluso mal intencionada; e indudablemente el voz a voz generado en España en torno a Ocho apellidos, logró llenar las sales de cine. Así como Rafa, en Ocho apellidos vascos, se atreve a emprender el viaje hacia ese “temido” País Vasco para enfrentarse a sus prevenciones sociales; las personas deberían arriesgarse a salir de la comodidad de sus prejuicios, y aventurarse a conocer más de cerca esas otras realidades que no comprenden muy bien del todo. «Ocho apellidos vascos es un garbancito que se pone ahí para demostrar que lo que hace falta es que la gente tenga más sentido del humor, y aquí incluyo a los políticos», dice el cineasta. El film saca del tabú, un terrorismo que aún no se olvida, y que en los ochenta intimidó a todo un país. And as for the bulls, we have the same proportion of people who do not support the torturing of animals as the rest of Spain – which is to say, the majority. That said, there is just one stereotype that those of us who were born or live in Andalusia despise – idleness. «Nacionalismo e Iglesia van unidos y son las dos grandes taras de la sociedad desde el siglo I, hasta el XXI, no hay manera de quitárselos de encima», lamenta el ganador del Oso de Oro en Berlín por su trabajo Las palabras de Max. Ocho apellidos vascos, es el mejor ejemplo de que las diferencias y las rivalidades son un mal menor cuando el antídoto del que se dispone es el humor. To visit EL PAÍS with the best experience, update it to the latest version or download one of the following supported browsers: Imagine for a moment that the main character of Spanish film comedy phenomenon Ocho apellidos vascos was not a posh Andalusian from Seville’s Triana neighborhood, but his Madrid equivalent from Serrano street, complete with well-ironed polo shirt and gelled hair. Rafa, interpretado por Dani Rovira, resume en sus costumbres y atuendos, toda una tradición española; su cabello peinado con gomina y su pasión por el folclore español, forman parte de todo un repertorio de tradiciones dentro de las cuales se encasillan al típico andaluz, y que acompañan la personalidad dicharachera del protagonista, tan característica del español del sur. Es probable que al director de El otro lado de la cama sus fichajes estrella le hayan ayudado a conseguir cifras tan escandalosas. Clara Lago (Tengo ganas de ti) y el humorista Dani Rovira son los protagonistas de Ocho apellidos vascos, una enrevesada historia de amor entre un andaluz con mucho salero y una vasca de armas tomar. La intención separatista de los personajes de la película se ve relacionada con símbolos etarras, y ello logra confundir al espectador no español, entendiendo, equivocadamente, que los afanes separatistas de los jóvenes vascos van de la mano de ideales etarras, y creo que es un error monumental, porque la película fortalece ese estereotipo y esa visión sesgada sobre los vascos en países ajenos o desinformados de su contexto real. Sin embargo, hasta ahora nadie había tenido el valor suficiente para llevar a la gran pantalla un cómico choque entre el norte y el sur de la península de una forma tan explosiva y arriesgada como la de Ocho apellidos vascos. El humor fácil y estereotipado de «Ocho apellidos vascos» triunfa en España La película que protagonizan Clara Lago y Dani Rovira se ha convertido en uno de los mejores estrenos del año 0 Ésta es una comedia romántica basada en una serie de estereotipos sobre los andaluces y los vascos, presentados de manera eficiente y divertida. Ellos consideraban que vasco equivale a etarra; lo que me recuerda que eso pasa muy a menudo: El colombiano es visto como narco y sus maletas son mil veces revisadas en cualquier aeropuerto. Rafa tiene que adueñarse de sus supuestos ocho apellidos vascos para finalmente descubrir que las diferencias no están mal, y que todos perseguimos exactamente lo mismo; finalmente al encarnar y vivenciar esos mismos prejuicios sobre los vascos que él tanto señalaba, se dará cuenta que no son más que exageraciones, que ello es solo una mínima parte de toda una rica y vasta cultura. «¡La chavala qué culpa tiene de ser vasca!», les dice a sus amigos cuando intentan detenerlo en su «misión suicida». Parece que en España el cliché gusta más allá de los chistes, porque Ocho apellidos vascos se ha convertido en el título más visto y en la película con mejor resultado de todos los films españoles en los que va de año. Estas construcciones imaginarias crean el errado autoconvencimiento de creer que lo que le sucede a los demás no nos atañe, y se presentan, cuando silenciamos al otro con nuestra rotunda sordera, o cuando lo ignoramos con una aniquilante ceguera, que tan solo percibe lo que le conviene, o ve lo que sus prejuicios le dictan que vea. Rafa tendrá que cambiar sus «ay mi ar?ma» por frases como «ahí va la hostia, pues», con el único objetivo de hacerse pasar por un vasco de pro. Y Rovira, que firma con Ocho apellidos vascos su debut cinematográfico después de saltar a la dama con sus archiconocidos monólogos, tiene «esa cercanía» y «esa cosa de buenazo» que tanta falta hacía para meterse en la piel de todo un señorito de camisa a cuadros y pelo repeinado que se transforma en «aberchándal». Gracias por su labor. Where’s the problem in that? Su gomina se va y un pendiente se apodera de su oreja para resaltar la rebeldía de los jóvenes vascos. But hey, if the recent history of each territory allows us to hand out labels, then they should be on the clothes of those who hope to reduce everything Andalusian to a number of stereotypes. Cuando la noche está a punto de terminar con un resultado completamente desastroso, entra en escena Rafa (Dani Rovira), un engominado andaluz con mucho arte que decidirá iniciar la conquista de Amaia de la forma más burda: contando chistes de vascos. As for the other stereotypes, they only annoy us when they serve to present us as banderilleros, maids and workers, part of the national sense of humor, which lives from affirming its superiority because it lacks any other distinction. De hecho, la caricatura del independentismo vasco y su lucha callejera fue quizá «el momento más delicado de la película», recuerda Martínez-Lázaro; y es que tras quemar por error un contenedor, Rafa está a punto de convertirse en el «líder andaluz de la kale borroka», aunque con el megáfono en mano no se le ocurra otra cosa que cantar por bulerías en medio de una manifestación: «Euskadi tiene un color especial». La gran ganancia de la película es su intención: Dar un mensaje de igualdad y hacer un llamado al diálogo y reconciliación entre culturas. Y ni corto ni perezoso, emprende un largo viaje hasta las «Vascongadas». El tema más delicado de la película, creo que le recae a los vascos y su relación con la ETA. De estar en verde a tener más de 400 casos por 100.000 habitantes, Así afectan las restricciones en las residencias. Pingback: Ocho apellidos vascos: El reconocimiento del OTRO | Noticias de mi Tierra. Y lo cierto es que su fórmula del éxito es tan sencilla como eficaz: arremeter sin tregua echando mano de todos los topicazos de Euskadi. Es bello pensar que el cine sea cómplice de este tipo de encuentros y de espacios que refrescan la moral de todo un país. Ocho apellidos vascos, no favorece los estereotipos, se burla de ellos y los desmitifica. Amaia, personifica el estereotipo de los jóvenes de Euskadi (El País Vasco), al mostrarse tosca, cerrada e indomable; incluso una lectura estética nos revela que el cuerpo de los personajes, esta minado de clichés, y en el caso de la protagonista, su cuerpo es el escaparate para un estilo hippie y rebelde, acompañado del típico capul ”Bocado de burro”. «Y que las relaciones entre todos sean buenas». Los tópicos y lugares en común, son la cascara de banana con la que la película patina entre lo estereotípico y la incomodidad de quienes se ven por ella representados, pero a su vez, son el sustrato necesario para ejemplificar una problemática en los terrenos de la comedia, que se vería bien invertida, si la gente no solo le ve el ”chiste”, sino que problematiza, reflexiona e incluso critica el uso de estereotipos en la película. Y aunque ha sido la película española más taquillera de la historia, (tanto así que ya se trabaja en una secuela para 2015) Hay que decir que no es ninguna obra maestra, ni una joya del humor inteligente; no, pero es preciso entender por qué Ocho Apellidos Vascos ha desencadenado un revuelo sin precedentes en España, siendo un fenómeno no solo de taquilla, sino de impacto social.
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